Calderas de condensación
Las calderas de condensación funcionan extrayendo calor adicional de los gases de escape que normalmente se pierde en las calderas tradicionales sin condensación. Esto se logra mediante el uso de un intercambiador de calor más grande, o a veces un segundo intercambiador de calor, que recupera más calor de los gases de escape enfriándolos hasta el punto en que el vapor de agua que contienen se condensa nuevamente en forma líquida, liberando el calor latente de vaporización.
El condensado resultante se elimina de forma segura a través de la tubería de drenaje y el calor adicional recuperado se utiliza para calentar el agua fría entrante, lo que aumenta la eficiencia general de la caldera. Las calderas de condensación pueden lograr eficiencias de hasta el 98 % en comparación con el 85 % de las calderas típicas sin condensación, lo que genera ahorros significativos en las facturas de combustible y reduce las emisiones de carbono.
Las calderas de condensación tienen varias ventajas sobre las calderas convencionales:
El condensado resultante se elimina de forma segura a través de la tubería de drenaje y el calor adicional recuperado se utiliza para calentar el agua fría entrante, lo que aumenta la eficiencia general de la caldera. Las calderas de condensación pueden lograr eficiencias de hasta el 98 % en comparación con el 85 % de las calderas típicas sin condensación, lo que genera ahorros significativos en las facturas de combustible y reduce las emisiones de carbono.
Ventajas de las calderas de condensación
Las calderas de condensación tienen varias ventajas sobre las calderas convencionales:
- Mayor eficiencia energética: las calderas de condensación pueden alcanzar una eficiencia de hasta el 98%, frente al 85% de las calderas convencionales. Esto significa que se necesita menos combustible para calentar la misma cantidad de agua, lo que significa un importante ahorro en la factura de la luz.
- Menor impacto en el medio ambiente: las calderas de condensación más eficientes producen menos emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que son más respetuosas con el medio ambiente. Además, la tecnología de condensación utiliza el calor latente de la evaporación, lo que reduce aún más las emisiones de gases de combustión.
- Durabilidad: tienden a durar más que las calderas convencionales debido a su diseño y construcción mejorados. También son menos propensos a la corrosión, lo que reduce la necesidad de mantenimiento y reparaciones.
- Mayor nivel de confort: aportan un mayor nivel de confort en el hogar, proporcionando agua caliente de forma más rápida y constante, permitiéndote ducharte y realizar otras actividades cotidianas con mayor comodidad.
- Menores niveles de ruido: funcionan de forma más silenciosa que las calderas convencionales, lo que significa que no interferirán con la vida cotidiana del hogar.